Camarón: Aparato enorme que toma fotos.
Decimal: Pronunciar equivocadamente.
Becerro: Ver u observar una loma o colina.
Bermudas: Ver a las que no hablan.
Telepatía: Aparato de T.V. para la hermana de mi mamá.
Telón: Tela de 50m2, o más.
Anómalo: Hemorroides.
Berro: Bastor Aleban
Barbarismo: Colección exagerada de muñecas barbie.
Polinesia: Mujer policía que no entiende explicaciones.
Chinchilla: Auchenchia de objeto para chentarte.
Diademas: 29 de Febrero.
Dilemas: Háblale más.
Manifiesta: Juerga de cacahuates.
Meollo: Me escucho.
Atiborrarte: Desaparecerte.
Cacareo: Excremento del preso.
Cachivache: Hoyo en el pavimento que esta a punto de ser vache.
Endoscopio: Prepararse para todos los exámenes excepto dos.
Nitrato: Ni lo intento.
Nuevamente: Cerebro sin usar.
Talento: No tan rápido.
Esguince: Gatorse mas uno.
Mónica Ceniceros Lozano
10 años.
elfomentoalalectura
Tuesday, July 8, 2008
Las pandillas en la literatura infantil
Edith Nesbit (1858-1929) impulsó con Los buscadores de tesoros, publicada por entregas en 1898 en una revista y publicada en libro un año más tarde, un modelo de narración que durante el siglo XX se difundió con mucho éxito: las aventuras de la pandilla urbana. El carácter rebelde y juguetón de sus personajes estará presente en El libro de los dragones (1901) y en La ciudad mágica (1910).
El sueño de José Martí
Uno de los proyectos pioneros de literatura infantil más sugerentes en el ámbito hispanoamericano se dio de la mano del cubano José Martí (1853-1895), en 1889, durante uno de sus exilios en Nueva York, preparó cuatro números del periódico infantil La edad de oro, destinado a los niños de América. Se observa en el título la influencia romántica, que no piensa en un niño necesitado de consignas morales sino en una infancia ideal a la que es necesario preparar para los tiempos nuevos. Martí hizo un periódico de recreación, pero sobre todo de instrucción, pues opinaba que en los niños estaba el futuro de la unidad americana y había que sensibilizarlos con respecto a este objetivo. Sin embargo la ausencia de temor a dios fue una de las desavenencias con el editor y provocó que el proyecto se viera frustrado en el número cuarto.
Thursday, July 3, 2008
Monday, June 30, 2008
Carta a quien corresponda sobre la importancia de apoyar las sesiones de fomento a la lectura.
La amarga noticia de este martes ha sido: Reducción de horas a las sesiones de lectura, de las 20 que eran nada más nos quedan 4 por semana en el Centro Comunitario de Desarrollo Social Santa Fe. Esta noticia se agrega a tantas otras que parecen gritarme en la cara -¡¡¡La literatura NOOOO importa, pierdes tu tiempo!!!-, esto ocurre justo cuando estudiamos durante las sesiones El Ingenioso Hidalgo Don Quijote de la Mancha, vaya ironía. ¿Pero es posible hablar de un desarrollo humano, social sin un programa firme de fomento a la lectura? Esta pregunta me recordó un preciado libro titulado Historias de lectura, trayectorias de vida y lectura del sociólogo francés Michel Peroni, a quien seguiré a lo largo de estas líneas:
La cuestión de la lectura no puede abordarse independientemente de la evocación de un destino social que incluye las trayectorias individuales, cuyas diferentes etapas se convierten en las de un círculo vicioso: fracaso escolar, delincuencia, encarcelamiento p. 104
Esto lo dice a propósito de su investigación sobre lectura en un grupo de presos entrevistados sobre sus hábitos de lectura a lo largo de su vida. Lo que leemos es lo que somos, es nuestra vida tanto como acción o como ausencia. Según Peroni, el fracaso escolar es un factor determinante en cualquier persona, quien al no tener oportunidades de vida responde violentamente, se expresa o se enfada y con furia construye un espacio en una pared al rayarla, en su forma de vestir, de hablar, y todo puede estar bien hasta que ocurra una agresión grave. Si así es, ¿por qué no enfatizar en dar una educación de calidad para TODOS?, o por lo menos tender a ello. El Consejo de Desarrollo Social se había aventurado a hacerlo, como pocas instituciones lo han hecho, por lo menos en lo que he observado y participado, desde mi modesta opinión. Lamentablemente esto se está perdiendo, pues las grandes cantidades importan y de ellas se excluyen muchos esfuerzos de los cuales no hay reportes, pues al final todo es números donde no están, por lo menos en lo que respecta a mi caso, los esfuerzos de llevar mi caja de libros y hacer el préstamo de ese acervo personal, pues el que tiene el centro comunitario es pequeño y se ocupa en otras sesiones; buscar formas alternativas como el cine para motivar a la lectura; comprar libros, rentar películas, adquirir material didáctico del propio bolsillo; y los chicos que no están en lista pero que entran a las sesiones sin estar inscritos porque se les pasó la fecha de inscripción, o porque no pueden asistir a todas las sesiones por algún motivo cualquiera pero cuando pueden asisten, entre otras muchas situaciones que parecen ser ignoradas y de un tiempo para acá todavía más. Los talleristas estamos fuera de las decisiones y aunque tengamos la experiencia (en mi caso de 5 años como tallerista en colegios privados, CONARTE y el Consejo de Desarrollo Social), capacidad y vocación para aportar ideas y trabajo, se nos limita porque NO somos parte del “equipo operativo” -¡y vaya que hacen sentir que se está fuera!-, debieran aprovechar el capital humano de que disponen. Insisto, estimular la capacidad de lectura y escritura es determinante para el aprendizaje en general y para la construcción de uno mismo y establecer lazos con nuestro medio:
Lo que aporta la lectura, pues lo propio de ella es aportar, consiste, paradójicamente, en algo parecido a una visión del mundo que ya se posee, que incluso se ha poseído siempre pero que debe ser constantemente alimentada, confirmada. p.105
Además de llevarnos hacia nosotros mismos, la lectura es un refugio en cualquier situación cotidiana, o según la investigación de Peroni, también lo es en situaciones extremas como el encarcelamiento:
La lectura, por la misma razón que el juego de ajedrez, por cierto, aparece como la última alternativa a la locura, entendida aquí como un atentado contra la definición de sí mismo como ser social. p. 115
Estas razones bastan para apoyar acciones que fomenten la lectura, con diversas actividades pero sobre todo llevar libros, literatura bien seleccionada, opciones, pues como dice el investigador francés, hay que enfatizar no en la poca lectura sino en lo que leemos, pues leemos periódicos, revistas, muchos de ellos de poca calidad, lo que está a la mano:
Bajo la forma de una lectura restringida y razonada, de “poca lectura” en suma, están trazados los límites de una lectura a la que se ha calificado de “estrecha” pero a la que también podría designarse como “sedentaria”, más allá de la cual leer implicaría el riesgo de exponerse a una crisis de identidad. p. 170
Me ha pasado observarlo demasiadas veces, cómo la literatura confronta, y cómo hay quienes retroceden y no vuelven a las sesiones, o bien regresan luego de varias días, incluso semanas, pero regresan. Habría que valorar de manera adecuada los talleres, si acaso un taller como el mío que ha atendido a muchos de los chicos que acostumbran asistir al centro comunitario desde que inició actividades a finales del 2006 a la fecha, debe ser limitado de esa forma y considerar opciones:
La cuestión de la lectura no puede abordarse independientemente de la evocación de un destino social que incluye las trayectorias individuales, cuyas diferentes etapas se convierten en las de un círculo vicioso: fracaso escolar, delincuencia, encarcelamiento p. 104
Esto lo dice a propósito de su investigación sobre lectura en un grupo de presos entrevistados sobre sus hábitos de lectura a lo largo de su vida. Lo que leemos es lo que somos, es nuestra vida tanto como acción o como ausencia. Según Peroni, el fracaso escolar es un factor determinante en cualquier persona, quien al no tener oportunidades de vida responde violentamente, se expresa o se enfada y con furia construye un espacio en una pared al rayarla, en su forma de vestir, de hablar, y todo puede estar bien hasta que ocurra una agresión grave. Si así es, ¿por qué no enfatizar en dar una educación de calidad para TODOS?, o por lo menos tender a ello. El Consejo de Desarrollo Social se había aventurado a hacerlo, como pocas instituciones lo han hecho, por lo menos en lo que he observado y participado, desde mi modesta opinión. Lamentablemente esto se está perdiendo, pues las grandes cantidades importan y de ellas se excluyen muchos esfuerzos de los cuales no hay reportes, pues al final todo es números donde no están, por lo menos en lo que respecta a mi caso, los esfuerzos de llevar mi caja de libros y hacer el préstamo de ese acervo personal, pues el que tiene el centro comunitario es pequeño y se ocupa en otras sesiones; buscar formas alternativas como el cine para motivar a la lectura; comprar libros, rentar películas, adquirir material didáctico del propio bolsillo; y los chicos que no están en lista pero que entran a las sesiones sin estar inscritos porque se les pasó la fecha de inscripción, o porque no pueden asistir a todas las sesiones por algún motivo cualquiera pero cuando pueden asisten, entre otras muchas situaciones que parecen ser ignoradas y de un tiempo para acá todavía más. Los talleristas estamos fuera de las decisiones y aunque tengamos la experiencia (en mi caso de 5 años como tallerista en colegios privados, CONARTE y el Consejo de Desarrollo Social), capacidad y vocación para aportar ideas y trabajo, se nos limita porque NO somos parte del “equipo operativo” -¡y vaya que hacen sentir que se está fuera!-, debieran aprovechar el capital humano de que disponen. Insisto, estimular la capacidad de lectura y escritura es determinante para el aprendizaje en general y para la construcción de uno mismo y establecer lazos con nuestro medio:
Lo que aporta la lectura, pues lo propio de ella es aportar, consiste, paradójicamente, en algo parecido a una visión del mundo que ya se posee, que incluso se ha poseído siempre pero que debe ser constantemente alimentada, confirmada. p.105
Además de llevarnos hacia nosotros mismos, la lectura es un refugio en cualquier situación cotidiana, o según la investigación de Peroni, también lo es en situaciones extremas como el encarcelamiento:
La lectura, por la misma razón que el juego de ajedrez, por cierto, aparece como la última alternativa a la locura, entendida aquí como un atentado contra la definición de sí mismo como ser social. p. 115
Estas razones bastan para apoyar acciones que fomenten la lectura, con diversas actividades pero sobre todo llevar libros, literatura bien seleccionada, opciones, pues como dice el investigador francés, hay que enfatizar no en la poca lectura sino en lo que leemos, pues leemos periódicos, revistas, muchos de ellos de poca calidad, lo que está a la mano:
Bajo la forma de una lectura restringida y razonada, de “poca lectura” en suma, están trazados los límites de una lectura a la que se ha calificado de “estrecha” pero a la que también podría designarse como “sedentaria”, más allá de la cual leer implicaría el riesgo de exponerse a una crisis de identidad. p. 170
Me ha pasado observarlo demasiadas veces, cómo la literatura confronta, y cómo hay quienes retroceden y no vuelven a las sesiones, o bien regresan luego de varias días, incluso semanas, pero regresan. Habría que valorar de manera adecuada los talleres, si acaso un taller como el mío que ha atendido a muchos de los chicos que acostumbran asistir al centro comunitario desde que inició actividades a finales del 2006 a la fecha, debe ser limitado de esa forma y considerar opciones:
1. prácticamente quitarlo,
2. si el taller puede seguir con la misma cantidad de horas pero con otro tallerista, que bien podría ser una opción probar con otra forma de trabajo, pero no dejar de apoyar las sesiones de lectura,
3. o bien, observar si el problema es la falta de promoción, y que deba enfatizarse en extender el radio de acción del centro comunitario al atraer a mayor cantidad de público, que buena falta hace, y dejar de lado la manipulación y abrir el diálogo entre personas adultas, entre profesionales.
Hasta aquí las cuestiones para reflexionar y no porque las haya agotado sino porque no sé si tenga sentido decirlas, pues parece que el trabajo que se ha realizado no importa, de pronto es nada.
Heidi Garza,
tallerista de fomento a la lectura
para el Consejo de Desarrollo Social
de abril de 2006 a junio 2008.
27 de mayo de 2008
Tuesday, June 24, 2008
Para Marco
El CineClub es una más de las actividades de fomento a la lectura, en la cual los chicos disfrutan de películas inspiradas en los clásicos de la Literatura Infantil. Aquí está el cartel que hice para agradecer la importante participación de uno de los chicos asistentes, a quien le gusta mucho el cine, incluso ha propuesto las películas de las sesiones.
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Tuesday, June 17, 2008
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